sábado, 28 de septiembre de 2019

Sección "PARTÍCIPES NECESARIOS" - HOY: Mariana FABBIANI

     Nombre completo: Mariana Paula Fabbiani Martínez
     Fecha de nacimiento: 8 de enero de 1975

No sé si es momento para críticas,
¿no?
Es un momento más de esperar, de tener paciencia,
¿no?
Es muy poco tiempo para ponernos a criticar.
También hemos resaltado que han salido los funcionarios
a explicar,
que también es algo nuevo de esta gestión,
¿no?
Que se equivocan, pero también dan la cara.
Me parece que justamente tenemos que tratar de empujar todos,
y tratar que este cambio que empezamos a SENTIR
sea un hecho:
que la gestión
se empiece a notar.
Por supuesto, es difícil para la gente.
Creo que son momentos en los que todos
nos estamos abrochando el cinturón,
ajustando,
¿no?
Los precios suben.
A la gente le cuesta mucho llegar a fin de mes.
El tema de los despidos quizás fue un poco fuerte.
Pero bueno, supongo que también tiene que ver
con esta primera etapa.
Creo que hay que darle tiempo,
¿no?
No ponernos enseguida en el lugar de tirar todo abajo.
Según lo que escuchamos, lo de la herencia es TERRIBLE,
¿no?
O sea:
la magnitud de la gravedad de lo que estamos viviendo,
¿no?
Entonces, va a llevar su tiempo y…
quizás….
no alcance…
un solo mandato,
¿no?
Pero ojalá se pueda encaminar
hacia lo que todos
necesitamos.

     Antes de que Mariana Fabbiani consumara el recitado que antecede en la mesa de Mirtha Legrand, a 100 días de la asunción de Mauricio Macri, “El Diario de Mariana” estaba por cumplir 3 años en el aire. Había sido incluido en la grilla de Canal 13 –del multimedios Clarín- como parte de la estrategia ofensiva de sugestión exitosamente afrontada por el macrismo. Apenas hacía un mes que el programa de Jorge Lanata –también transmitido por Canal 13- había comenzado a desgranar, para la indignación de “papis y mamis 2.0”, las peripecias literarias de una alibabesca “Ruta del Dinero K” que provocó la alteración colectiva de varios millones de máscaras morales.

     Mariana Paula venía del mundo del espectáculo y del modelaje; esgrimía, también, ser nieta del histórico compositor y orquestador de tangos Mariano Mores. Luego de algunos escarceos fotográficos, había participado unos pocos segundos en el video clip de Luis Miguel “Suave”. Los televidentes conocen su trayectoria, siempre desenvuelta sobre carriles moderados de masividad: conducción de programas de variedades, obras teatrales para niños, actuación en comedias superficiales, ciertos conatos elementales de baile y canto –grabó dos discos relacionados con participaciones en la televisión- animaciones en radio y presencias en el programa de Marcelo Tinelli.

     Probablemente, los estudios mercadotécnicos del equipo publicitario macrista hayan relevado con encomio esta impronta de trivialidad seductora que, por lo demás, viene en Fabbiani acompañada de una fuerte disposición gestual. Su enorme sonrisa persuasiva preside la belleza oficinista del rostro, cogobernado por evidentes ojos oscuros sumamente expresivos; fáciles guedejas coloreadas en tonos promedio enmarcan el dibujo matrimonial y caen sobre las primeras delgadeces de los hombros, que preludian la sobriedad de la silueta. La clase media aspiracional, voluntariamente exenta de todo compromiso con el Otro diverso, encontraría en Mariana –direccionada al bienestar por sus propias decisiones independientes- una vocera y a la vez un símbolo de sus propios estándares.

     Así es que las autoridades de “El Trece” la eligieron para el “giro político” de la primera tarde amable de los días hábiles. Desde allí ejerció su rol digitado y activo, antes y durante el ejercicio del poder formal por parte del macrismo.

     En su programa se mezclaban con sumo provecho novedades policiales con los últimos montajes de Periodismo para Todos; se interpelaban figuras del kirchnerismo ausentes frente a “panelistas” adictos; se alternaban las bambalinas de las novelas de Turquía con los entretelones terroristas del fiscal Alberto Nisman. Se invitaba, con frecuencia saturada, a los personajes del entorno Cambiemos: Mariana los entrevistaba en charlas más o menos informales, y allí desenvolvía el rosario de rictus y frases de influencia que tendían a excitar el cúmulo de prejuicios ya presente en sus espectadores.

     No pocas veces, las interrupciones de la emisión por las llamadas “cadenas nacionales” de Cristina Fernández (episodios de inauguración de escuelas, centros de salud, rutas, monumentos o centros culturales) eran luego objeto de crítica también en el “Diario”, que propiciaba desde el púlpito televisivo el “autoritarismo” y la “soberbia” de la entonces presidenta. No obstante, como perfil de comportamiento, Mariana rearmaba la compostura y afrontaba el resto del programa desde una instancia de resignación, ejemplo y aviso de la entereza anímica que “todos” debían aprender en homenaje a la obligada tolerancia.

     La empresa productora del programa, More Televisión S.A. -enmascarada bajo el nombre de fantasía “Mandarina”- tiene por uno de sus propietarios a Mariano Chihade, padre de los dos niños de Mariana Fabbiani y su pareja desde el año 2006. Se ha sindicado a Chihade como asiduo compañero de paddle de Mauricio Macri, en reuniones deportivas a las que iban también invitadas otras personalidades del entorno, como Gustavo Arribas (señalado, entre otras irregularidades, por comandar un grupo de espionaje a periodistas de la oposición), el actor Martín Seefeld (enfrentado por cuestiones ideológicas con su socio, el kirchnerista Pablo Echarri) y el Secretario de la Presidencia Fernando De Andreis. En algunos medios se describe al tándem Fabbiani-Chihade como “amigo de Macri y Awada”. 

     Desde diciembre de 2015, Mariana y su “Diario” asumirían otra función: la falsa consciencia construida debía, ahora, mantenerse viva. A medida que los operadores televisivos, políticos y judiciales iban produciendo resultados en consonancia con el plan perseguido por el nuevo gobierno, Mariana los reproducía en “DDM”, adecuados al temperamento adquirido por los oyentes luego de años de influencia sobre sus capacidades de inteligir.

     En una de sus emisiones, por ejemplo, se le ordenó sugerir que los jueces cobraban dádivas para disponer excarcelaciones en las causas seguidas contra empresarios y funcionarios del gobierno anterior. “Vamos un poquito con la actualidad” -explica Mariana desde los videos guardados en diversas plataformas- “con el tema político y judicial, que realmente es noticia en estos días y promete serlo [abre los ojos] en los próximos también. Tras la escalosa… eh… escandalosa liberación de Cristóbal López, este, con el  [abre los ojos] cambio de carátula incluido [aparta el largo flequillo con la mano], le siguió la liberación de Zannini y D’Elía el fin de semana, y también [acentúa la exposición de los tendones del cuello] ¡se comenta que podría estar PRÓXIMO a quedar libre, estee, De Vido!  [Se dirige a un panelista] Esto es un rumor muy fuerte que está circulando [vuelve a cámara] y [alza los hombros] también está circulando el rumor, el fantasma de las coimas [cierra los ojos] en la Justicia. Para todos es una [abre con intensidad los ojos] CERTEZA, pero… nadie… digamos… o como, como que está naturalizado, ¿no?

     Su jurado de periodistas afirmaba y acentuaba este papel: Diego Leuco, propagador consciente junto con su padre de falsedades funcionales dotadas de visos de verosimilitud y violenta derivación emocional; Mercedes Ninci, “movilera” durante las comparecencias de funcionarios del gobierno anterior a las indagatorias en las causas promovidas por denunciantes del macrismo; el antikirchnerista y periodista de cotilleo Ángel de Brito; Carmela Bárbaro, hija del peronista “anticristinista” Julio Bárbaro y otros.

     A la vez, Fabbiani era también reporteada. De esas apariciones de rol invertido, se destaca el trabajo de 2017 publicado en la revista LUZ: un compendio de vacuidad que, al mismo tiempo, pone en denuncia los derrumbes de lo crítico que marcaron la época. Motorizada por su propia batería de liviandades, Mariana explicó allí que perfectamente podía “conjugar los roles de mamá, esposa y profesional”; que “disfruta trabajar con su pareja”, en gran parte porque “lo admira”; que “cuando las cosas no van bien, nos sostenemos mutuamente”; que, cuando “no soy mamá o estoy trabajando, soy amiga, soy hija, soy hermana”; que “tengo suerte de estar muy enamorada de mi marido” y que “a veces estoy en el programa en el medio de una entrevista y pienso si le compré el cuaderno azul a Matilda para el colegio”.

     “Valoro el silencio”, dijo a un público no contradictor que está convencido de que, en él, residen todas las respuestas.

     Preguntada sobre cómo “se surfea” la pareja teniendo “nenes chiquitos”, Mariani confesó, articulando los mismos esquemas coloquiales que su público, que “no soy fundamentalista del colecho ni del no colecho”, pues “hago lo que siento”. Y remató, a través de una frase de efectivo impacto entre una clase media profundamente observada por el poder real: “los libros, en eso, para mí no cuentan”.

     Este desfile de moldes semánticos se repitió, pero con actuaciones opuestas, cuando desde el estrato de decisiones publicitarias se decidió que Fabbiani entrevistara al propio Macri. A pesar de las críticas de “invasión de lo político” en su programa –algo de lo que ella misma había protestado durante la segunda presidencia de Cristina Fernández- el “Diario de Mariana” transmitió en directo desde la Quinta Presidencial de Olivos. Eran, por entonces, tiempos de antesala a la contratación del préstamo más grande que el Fondo Monetario Internacional le extendiera a país alguno en toda su historia: 57.000 millones de dólares, un monstruoso salvataje que evitó la explosión financiera luego de que los operadores macristas convirtieran al país en una de las plazas especulativas más rentables del mundo. “Te gusta ver fútbol”, señaló Mariana, tuteándolo. “El otro día fuiste a ver el partido a la casa de un amigo, te tomaste esa licencia… ¿cómo es cuando decís ‘bueno, voy a la casa de mi amigo’…?

     Encaramada con soltura en el guion que le preordenara el equipo de mercadotecnia del presidente, Fabbiani destacó el uso por parte de Macri de medias de diferente color, como manifestación de una idea de integración en el Día Mundial del Síndrome de Down. Luego quiso saber, ya a totales espaldas de las concretas responsabilidades de Macri como ejecutor de un plan de exterminio social y económico, si “se puede ser un buen presidente y un buen padre”; y, más tarde, si era cierto que “Antonia maneja sola el carrito [de golf], y… ¿vos vas atrás?”.

     “Un papá o una mamá trabajan mucho y, sin embargo, quieren estar presentes”, convino, para cerrar el círculo empático. La entrevista vespertina alcanzó picos de 800.000 espectadores.

     Por entonces, una investigación independiente que fuera ignorada por los medios hegemónicos daba cuenta de que, entre octubre y diciembre de 2017, la productora “Mandarina” había recibido más de 5 millones y medio de pesos en pagos realizados por el Instituto Provincial de Lotería y Casinos de la provincia de Buenos Aires. Casualmente, la gobernadora María Eugenia Vidal fue entrevistada por Mariana el 25 de octubre de ese año, días después de la elección de medio término que llevó al triunfo a la lista de Cambiemos. En el mismo programa se había informado, en grandes zócalos, que “le quitaron los fueros a Julio de Vido y en minutos será detenido”.

     Su actitud colaboracionista, materializada en preguntas falsamente ingenuas como “¿Vos creés que puede haber violencia en la marcha de hoy?” cuando la movilización provenía de sectores opositores, y resaltar el hecho de que “la gente iba con sus chiquitos” durante las “marchas espontáneas” a favor del gobierno, fue evolucionando hasta alcanzar, en 2019, un punto de no retorno y necesidad de juzgamiento. En medio del recorte brutal que el macrismo impuso a las partidas de salud y de la negación oficial de medicamentos a decenas de miles de personas en situación de vulnerabilidad, su programa organizó un debate entre médicos acerca del “verdadero” valor de las vacunas. Luego de un intercambio de ideas, lograron consensuar una conclusión: “no está científicamente comprobado que las vacunas sean efectivas”.

     Inmediatamente, la Sociedad Argentina de Infectología emitió un comunicado en el que expresó su preocupación; además, la Defensoría del Pueblo denunció la emisión por “desinformar” en perjuicio de tópicos centrales relacionados directamente con el derecho a la vida.

     La estulticia y la derecha comparten un atributo doloroso: no tienen límites. Lo sencillo es tan absolutamente abordable por la crueldad que, en la abrumadora mayoría de los casos, queda la duda razonable acerca de si el simple, cuando es digitado, aporta un componente subjetivo a sus acciones o simplemente es tan insustancial que hasta le falta el dolo de delinquir. La discusión no es nueva: la división de tareas en el desarrollo del Holocausto puso en evidencia la posibilidad de que ninguno haya sido responsable y, a la vez, todos lo fueran.

     En cualquier caso, una disposición sensata hacia el bien obliga a condenar toda libre elección por el mal. Ésa, sin dudas, es la máxima que preside cualquier juicio de reproche.

     Sin embargo, debe tenerse presente que en toda estafa, el estafado participa del delito. La víctima que ahora pide justicia SABÍA que el billete de lotería premiado valía mucho más que lo que estaba pagando. Y así, cuando el juzgamiento moral caiga sobre los perpetradores, ¿quién de los pretendidos engañados podrá aducir que concurrió con ingenuidad a leer El Diario de Macriana?

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