lunes, 21 de octubre de 2019

Carolina STANLEY

     Nombre completo: Carolina STANLEY
     Fecha de nacimiento: 22 de noviembre de 1975

     La ministra de Salud y Desarrollo Social de Mauricio Macri es hija de Guillermo “Willy” Stanley, un mega-ejecutivo que se inició en los años 60 en el sector financiero como operador del Banco de la Nación Argentina, al cual representó en Londres entre 1973 y 1975. Trabajó luego en diversas instituciones financieras y también fue Director de la empresa pretolera BRIDAS. Fue, además, agente del Citibank. En los 90s, Willy se desempeñó en la renegociación de la deuda externa y, también, como impulsor de los procesos de privatización de empresas y servicios públicos. En la pequeña reseña biográfica que figura en el sitio de su grupo inversor “INVERLAT”, se da cuenta de que Willy Stanley fue “Director de IDEA, AmCham, FIEL, entre otras instituciones, y hoy es director de CIPPEC, Havanna y Banco Macro”.

     Carolina, por su parte, cursó primeras letras en un colegio de alcurnia, el Saint Catherine’s Moorland School del barrio de Belgrano en la ciudad de Buenos Aires, institución líder en hockey sobre césped juvenil. Sin embargo, eligió para cubrir su carrera de abogada a la Universidad de Buenos Aires, una nota de demérito respecto de la orientación seguida por el grueso de los cuadros del PRO.

     Quizás este contacto con lo popular decidió su inclinación hacia la acción social: a los 25 años ingresó en la Legislatura porteña como asesora de María Laura Leguizamón, quien también fuera diputada y senadora por el peronismo bonaerense, como así también Directora de Acción Social en el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

     Esta experiencia, junto con las naturales influencias del ámbito empresarial anudadas desde el entorno familiar, le valió un lugar en la Fundación Sophia creada por Horacio Rodríguez Larreta. Como se sabe, esta entidad articuló acciones con Creer y Crecer, el espacio liderado por Mauricio Macri para generar un sustrato estratégico que sirviera de base a su catapulta hacia el poder formal. Carolina se desempeñó allí generando proyectos de políticas sociales para un futuro gobierno macrista, bajo las órdenes de María Eugenia Vidal. Con el tiempo, Stanley fue Directora Ejecutiva de Sophia.

     Hacia mediados de la década del 2000, Macri era presidente de Boca Juniors y había construido un entramado político dentro del club con el fin de eternizar a su lista en el gobierno de la institución; los éxitos deportivos apañaban esta orientación. Sin embargo, debía desembarazarse de los elementos que le disputaban poder, a los que tildó de “corruptos” y de pertenecer a la época en que en el club “se dilapidaban recursos” y no se obtenían resultados. María Eugenia Vidal y Carolina Stanley fueron llevadas al club para iniciar una tarea de “depuración” y articulación con organizaciones sociales de los barrios de La Boca y Barracas. Esta labor finalizó con éxito: gracias a la actuación de sus empleados y ejecutivos en el club de la Ribera, Macri se catapultaría definitivamente a la ocupación de espacios de poder político.

     Fue así que, durante su primera Jefatura de Gobierno en la ciudad de Buenos Aires –obtenida luego de la victoria electoral de 2007 sobre el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Filmus- Macri la adscribió con María Eugenia en el Ministerio de Desarrollo Social porteño. Ya para entonces, los éxitos de gestión dentro de la lógica del PRO la habían conducido a librarse de sus antiguas ataduras peronistas: en el año 2009, Carolina fue elegida Legisladora por el distrito capitalino, bajo el amparo de Propuesta Republicana, el partido de Mauricio Macri.

     Durante toda la segunda Jefatura de Gobierno del ex presidente de Boca Juniors, Carolina Stanley fue Ministra de Desarrollo Social de la ciudad, cargo que había dejado María Eugenia para operar como Vicejefa de Gobierno. Centralmente, su gestión se orientó hacia el crecimiento del PRO como partido con posibilidades serias de resultar vencedor en las elecciones de 2015. Desde el Ministerio, Carolina desarrolló una política de acercamiento a los barrios más carenciados, gracias a la cual el macrismo pudo “entrar en las villas”. Participó allí activamente en actos de proselitismo, incluso en las mismas “sombrillas” o puestos de atracción de transeúntes. Excitó así el residuo aspiracional de los cuadros de las organizaciones sociales que se acercaban a la cartera: a su pulcritud y belleza natural, Stanley, sumaba gestos de cierta pertenencia como regalar alfajores Havanna a sus interlocutores, que recibía gratis de su padre. Con ello, Carolina ganó el respeto, un creciente reconocimiento y, en especial, votos para Macri provenientes de los sectores más relegados.

     No obstante, una vez Cambiemos en el poder formal, el direccionamiento descarnado de las políticas de Estado en seguimiento del orden neoliberal obligaron a Stanley a afrontar los desequilibrios onerosos de la subordinación política. Como medida de afianzamiento del macrismo en el espectro nacional, su equipo de publicistas decidió continuar con algunas acciones de asistencia que habían tenido éxito durante el kirchnerismo, como la provisión de una Asignación Universal por Hijo y otra por Embarazo, algo a lo que la clase media más nutrida en antivalores se había opuesto. Carolina Stanley, como Ministra de Desarrollo Social de la Nación, administró y defendió el mantenimiento de estas ayudas sociales.

     Sin embargo, mientras el macrismo reforzaba y multiplicaba prácticas de especulación financiera que sólo beneficiaban a los sectores privilegiados y atendía el pago de intereses usurarios a través de la toma indiscriminada de deuda pública, Stanley dispuso la anulación de más de 120.000 pensiones por invalidez, para madres de siete o más hijos y otras que habían sido asignadas aun desde años atrás (para el periódico Página/12, estas bajas llegaron a 170.000). A la vez, endureció las condiciones para la procedencia de las pensiones y ordenó lentificar sus trámites de obtención: el Ministerio envió comunicaciones a los beneficiarios con el apercibimiento de que, si no se comunicaban en un plazo que allí se fijaba para corroborar sus datos personales, la pensión que gozaban sería automáticamente dada de baja. Los empleados públicos recibieron la orden de no impulsar las denuncias que se formularon: existen casos de “limbos” administrativos, estancamientos de trámites que se extendieron por espacios que superaron el año y que generaron situaciones irreversibles en sectores críticos con necesidades básicas insatisfechas.

     Fuentes periodísticas destacan, además, que la cartera de Stanley realizó transferencias por más de 7 millones de pesos a la Fundación “Pescar”, una agrupación integrada por personalidades de Cambiemos que organiza cursos de peluquería en barrios de emergencia.

     Durante el período de campaña para las elecciones de medio término de 2017, se denunció que camiones del Ministerio de Carolina descargaban muebles y electrodomésticos en poblaciones del Norte argentino, especialmente en Tucumán y Catamarca. La situación se vinculó con una posible compra de votos, con recursos del Estado Nacional.

     En septiembre de 2018, Mauricio Macri modificó en forma inconstitucional, por Decreto de Necesidad y Urgencia, la cantidad de Ministerios. Siguiendo directivas del Fondo Monetario Internacional, eliminó 13 de ellos, algunos de los cuales pasaron a ser Secretarías de Gobierno con dependencia de diversas áreas. El caso de Salud fue uno de los más criticados por la oposición: dejó de ser un Ministerio y se convirtió en Secretaría de Salud, incorporada al fusionado Ministerio de Salud y Desarrollo Social al mando de Carolina Stanley.

     En este período, se intensificó la ola de aumentos de medicamentos, librados a la discreción de los laboratorios y atados a la suba del dólar. A medida que avanzaban los acuerdos y contactos con el Fondo, la Secretaría de Salud desaceleraba la ejecución de las partidas presupuestarias previstas para compras de productos farmacológicos, prevención y tratamiento de enfermedades: durante 2019, el Estado Nacional compró un 30 % menos de medicamentos que el año anterior. Sólo en la ciudad de Buenos Aires hubo unas 7.000 recetas extendidas a jubilados que no se concretaron en compras y unos 250.000 anticonceptivos orales menos vendidos con respecto a 2018. El problema trajo un cierre histórico de farmacias en todo el país.

     Carolina también ha recibido acusaciones de favorecimiento indebido a parientes y empresas vinculadas. En octubre de 2017, el Ministerio a su cargo contrató un servicio con la empresa AdeA (Administradora de Archivos S.A.) por más de 3 millones de pesos: llamativamente, Guillermo “Willy” Stanley fue designado director de la firma un día después de la adjudicación. Si bien Willy renunció en abril de 2018, AdeA ya había cerrado tratos con otras jurisdicciones y entidades de la administración macrista por más de 20 millones de pesos.

     Su hermana, Brenda Stanley, fundó el programa “Sembrando Creatividad” en la Fundación Granos de Mostaza, que recibió dinero del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en 2013 y 2014 (más de $ 385.000 de entonces), cifra que superó el millón de pesos entre 2016 y 2018. En general, el dinero se utilizó para desarrollar talleres de actividades manuales en barrios de emergencia de la ciudad de Buenos Aires.

     Su esposo, Federico Salvai, es Jefe de Gabinete de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires; y su cuñado Felipe Hughes (esposo de Brenda) se desempeña en la función pública como uno de los directores del Banco de la Provincia de Buenos Aires, con un salario que a enero de 2018 rondaba los $ 280.000 “en mano”. Hacia fines del 2016, Cecilia Stanley, prima de Carolina, fue designada Jefa de Gabinete en el Ministerio de Desarrollo que Caro presidía.

     En cuanto a su composición patrimonial, llamó la atención su mudanza luego de un año de gestión como ministra de la Nación, a un departamento de más de 400 metros cuadrados que pertenecía a Mariano Chihade, marido de Mariana Fabbiani. Carolina declaró haberlo comprado con una donación de dinero, más la venta de su departamento anterior (de unos 120 metros cuadrados) por 8 millones de pesos, aunque éste figuraba en su declaración anterior con un valor menor al millón. Su nueva morada se cotizó en 17 millones de pesos, un millón de dólares a la cotización de entonces. Tan sólo la diferencia entre sus declaraciones juradas de 2015 y 2016 arrojan un aumento patrimonial global del 345 %, con picos del 700 % en el rubro “Bienes del Hogar”.

     Hasta mediados del año 2019, el nombre de Carolina Stanley figuraba entre los más sonantes para integrar la fórmula de gobierno en las elecciones de ese año, junto con otros postulantes como Alfredo Cornejo –el gobernador de la provincia de Mendoza- Marcos Peña o la misma María Eugenia Vidal. Finalmente, el equipo de mercadotecnia de Cambiemos se decidió por el histórico senador peronista Miguel Ángel Pichetto, a quien se intentó presentar desde las estrategias de penetración psicológica como ejemplo de conducta reflexiva al “pasarse” del “populismo” al “cambio”.

     Frustrada esta espectativa, Stanley, que tuvo a su cargo la decisión de ejecutar más del 60 % del gasto social, no se ha postulado para ningún cargo.

     La clase media aspiracional, mayormente, no la conoce. Es que, en líneas generales, jamás ha tenido que hacer un trámite en el ámbito de su cartera. Quizás, al verla en televisión, pare mientes en su belleza, sin tener la menor idea acerca de qué cosa es un Ministerio de Desarrollo Social, ni tampoco la mínima voluntad de enterarse.

     Así le sucede, por otra parte, con casi todos los tópicos de un mundo entero que, más allá de las ilusiones de riqueza, sus integrantes ni siquiera sospechan.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario