Nombre completo: Clara Mónica
GUTIÉRREZ
Fecha de nacimiento: 8 de marzo
de 1955
Venida desde Rosario durante la
última dictadura militar para trabajar en órganos icónicos de la época como 60 Minutos o Informe Uno, Mónica disparó su carrera luego de la asunción de Raúl
Alfonsín, desde la televisión pública democrática. Los primeros años de
gobierno constitucional la vieron desarrollar una tarea discursiva de
afianzamiento de las instituciones, con participaciones destacadas como el
seguimiento del conato de sedición de Semana Santa en 1987, el copamiento del
cuartel de La Tablada en 1989 y el intento de golpe de Estado de diciembre de
1990.
Durante el furor que generó la
llegada de la televisión por cable a la vida de la clase media, condujo varios
programas en esa plataforma. A finales de la década, se afirmó como periodista
en América TV, nombre que tomó el antiguo Canal 2 de La Plata que fuera
arrastrado por la ola de privatizaciones. Desde entonces, Mónica Gutiérrez es
un ícono de esa señal.
A partir del inicio de la campaña
de sugestión colectiva que desvió raciocinios hacia la elección de Mauricio
Macri como presidente de la Nación, Gutiérrez ocupó un lugar preponderante en
la selección y difusión de noticias de impacto emocional asequible a las
directivas impresas por Jaime Durán Barba, el publicista ecuatoriano contratado
por el entorno del PRO-Cambiemos para desarrollar la estrategia de captación de
criterios.
Quizás la “cobertura periodística”
a su cargo que más y mejores resultados generó para el macrismo entre la clase
media aspiracional fue la que realizó en la ciudad de Luján, provincia de
Buenos Aires, en ocasión de las inundaciones de agosto de 2015, luego de las
elecciones primarias. El entonces gobernador Daniel Scioli se encontraba en
Italia, cuando una lluvia inesperada produjo en pocas horas un importante
crecimiento del nivel del agua. La producción del programa contrató un bote
para recorrer las zonas: Mónica aceptó vestirse de neopreno al estilo buzo táctico y, acompañada de un
lugareño igualmente ataviado, describió con fuerte impresión pasional el meteoro.
Direccionó las charlas con vecinos del lugar hacia el reconocimiento de que “esto tiene que ver con algo más que una
contingencia climática”. Si bien la inundación se habría producido por
causas como la pérdida del poder de absorción de la tierra por el monocultivo
de soja, la regularidad en las crecientes del río Luján y el hecho de que los
sectores anegados se hallaban construidos en un bajío pronunciado, Gutiérrez
finalizó aquel día su nota destacando que aquello era “la nada misma, la desolación, el abandono”, a fin de que sus
espectadores relacionaran la tragedia natural con la ineficiencia kirchnerista
producto de la desidia y la corrupción. Con el triunfo posterior de Cambiemos, “la
nota de los botes” fue la última crónica de inundaciones televisada en medios
hegemónicos.
Desde el 10 de diciembre de 2015,
Gutiérrez aceptó desempeñar el rol de portavoz de noticias en sintonía con la
política comunicacional del macrismo: acentuación de la “grieta”, loas a la
gestión oficial y blindaje de noticias desfavorables a toda persona relacionada
con el gobierno, aun cuando desde los espacios contrahegemónicos se denunciara y
demostrara el accionar formalmente delictivo de prácticamente todos los
protagonistas de la administración Cambiemos. Mónica Gutiérrez, durante la
presidencia de Mauricio Macri, ocupó un lugar líder en la difusión de
contenidos de impacto emotivo y en la ocultación deliberada de hechos incriminantes
del entorno amarillo, siempre con cargo de responsabilidad a “la gerencia de noticias del canal, que es la
que decide”.
Durante los días previos a la
sanción de la Ley de Reforma Previsional –una norma dictada por influencia del
Fondo Monetario Internacional para reducir el “gasto” estatal en jubilaciones y
pensiones- Mónica avisó que “habrá
ajustes que son dolorosos” e instó a que los trabajadores pasivos “resignen una parte”, porque “todos somos pobres”. Cumplía así una
determinación impuesta por el gobierno neoliberal y aceptada por Gutiérrez en
su carácter de comunicadora: construir un velo de sentido común sobre el exterminio
de derechos. Así, luego de los excesos policiales y parapoliciales cometidos
durante la votación en el Congreso de dicha ley, Mónica desarrolló un discurso
justificativo y reivindicatorio del accionar de las autoridades, otorgando mayor
relevancia al “afeamiento” de paredes y a la rotura de baldosas por los
manifestantes, que a la definitiva pérdida de asignaciones –a favor de la
corrupción- por parte de uno de los sectores más vulnerables del tejido social.
Llamativamente, pocos días
después de su arenga, se conoció que, desde la asunción de Mauricio Macri, Gutiérrez
había cobrado poco más de medio millón de pesos (por entonces, unos 30.000
dólares), en pauta publicitaria oficial incluida en el portal “monicagutierrez.com.ar”,
un espacio que había recibido hasta entonces menos de 10 visitas diarias.
Las entidades que pagaron por incluir propaganda en aquel desierto virtual, por
la suma antedicha, fueron el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el Senado
de la Nación y la empresa estatal de agua AySA.
El dinero recibido por el Senado
ha incluido a Mónica Gutiérrez entre las personas a quienes Gabriela Michetti
repartió sin control alguno más de 3 millones de pesos, bajo el rótulo de “pauta”,
enmascarada en la figura de contrataciones directas y sin sustento
fáctico-jurídico alguno.
En cuenta aparte, su empresa “RAPPORTO
S.A.” (que gestiona la página de Internet) facturó a diversas entidades oficiales,
municipios afines y provincias de gobierno macrista otras cantidades por
incluir publicidad: ANSeS, Aerolíneas Argentinas, Banco Ciudad de Buenos Aires,
Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Banco de la Provincia de Buenos
Aires, Obra Social Ciudad de Buenos Aires, Municipio de Lanús (cuyo intendente,
Néstor Grindetti, pertenece al PRO y figura en los Panama Papers), Municipio de San Isidro (de administración
macrista), Municipio de Pilar (de administración macrista) y Lotería de la
Provincia de Buenos Aires, entre otros.
Más intensa y onerosa, aun, ha
sido la relación de su pareja, el empresario Alejandro Fabián Gawianski, con
los operadores del macrismo. En 2018, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
le alquiló un inmueble por más de 18 millones de pesos, con el fin de ser
utilizado por la Subsecretaría de Contenidos de la jurisdicción administrada
por Horacio Rodríguez Larreta. A pesar de esgrimir el latiguillo relativo a que “todos somos pobres”, Gutiérrez
comparte tálamo y mesa con el presidente de Open Office (una empresa de equipamiento
de oficinas), de la constructora Ag3 y de la firma HIT – Hoteles Innovación
Tecnológica.
Bastonera también emocional de
los principios de predominio varonil postulados por el antikirchnerismo, a
fines de 2018 generó una fuerte polémica cuando llamó en una entrevista “influencer” a un hombre acusado y
preventivamente encarcelado por abuso sexual. A pesar de que luego, en la mesa
de Mirtha Legrand, intentara aclarar que se había tratado de una ironía, la
reacción del espacio feminista fue tal que Mónica debió cerrar temporalmente su
cuenta de Twitter.
En junio de 2018 fue “escrachada”
junto a Luis Majul por un grupo de manifestantes a la salida de la sede de
América TV. Convencida de que las acusaciones de “mentirosa” no le atañían, Gutiérrez
resistió al público, de viva voz, antes de refugiarse en su automóvil.
Uno de los últimos trabajos para
los que debió cumplir como contraprestación militante fue la moderación del segundo debate de candidatos presidenciales, previo
al triunfo de Alberto Fernández. A él concurrió junto con otros periodistas “anti
K”: Marcelo Bonelli, Claudio Rígoli y la “neutral” María O’Donnel. No obstante
su clara filiación macrista, Gutiérrez aclaró en una de sus exposiciones
públicas que se tomó en cuenta, para determinar la elección de dichos
conductores, “que no haya una
identificación con ningún partido político". Con ello, la periodista
continuaba la tónica impresa por los comunicadores venales durante la
totalidad del período: sostener desde el discurso lo contrario de
lo que exhibe la realidad, con la finalidad de crear un estado de cosas
perceptible tan sólo desde lo meramente lingüístico, como estrategia eficaz de
penetración psicológica.
Por su labor, Mónica Gutiérrez ha
recibido numerosos premios y reconocimientos. En la “Biografía Autorizada” que figura en la
página pagada con dinero público, la misma Gutiérrez cuenta con toda claridad:
“Sobrellevé golpes físicos y
dilemas éticos”.
Expresión que ilustra acerca del carácter voluntario de sus
decisiones, orientación moral incluida.
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