domingo, 1 de marzo de 2020

Sección "Partícipes Necesarios" - Hoy: Juan José CAMPANELLA

     TOMA 1:
     Nombre completo: Juan José Campanella
     Fecha de Nacimiento: 19 de julio de 1959


     TOMA 13:
     Cuando Campanella recibió el Oscar a la Mejor Película en Idioma Extranjero que la Academia norteamericana decidió para El Secreto de sus Ojos, asumió una postura de falsa gracia genuflexa, de sonrisa frente a sus propios límites de versación en el inglés, de esfuerzo desmedido por congraciar al poderoso. “Oh, yeah, the countdown. Ammmm…”.
     Por entonces, ya había sido nominada El Hijo de la Novia, un monumento telenovelístico de lograda intención canto a la vida bajo su dirección, que la clase media aplaudió y lloró; y a partir del cual comenzó a generar una línea de identificación y devoción con sus productos.
     Entre ambas películas, dirigió Luna de Avellaneda, flor de fango que el mediopelo vivió con un ímpetu –mientras recuperaba su derecho a comer a través de su propio esfuerzo y de las políticas implementadas por Néstor Kirchner- asombrosamente cargado de furia contra las corporaciones y un sistema de agobio estatal que impedían que un humilde club de barrio continuara existiendo. Esa misma clase media, diez años más tarde, callaría frente a la verdadera desaparición de las entidades deportivas y sociales vecinales, generadas por el aumento y la dolarización de las tarifas de electricidad y gas, que decuplicaron los gastos fijos de esas instituciones. Campanella también calló.

     TOMA 17:
     No obstante esta vocación por comunicar simplezas impresionables, Juan José Campanella es uno de los personajes más lúcidos y prolijos de la cinematografía argentina. No sólo contribuyó a afianzar la “estética Pol-Ka” –dirigida al alma del clasemedia de manual- sino que, además, respondió con suma eficacia y dinero del establishment a la concepción “barata” del llamado Nuevo Cine Argentino, surgido a partir de Pizza, Birra, Faso con la necesidad de expresar más al menor costo.
     La impronta campanellista guarda ciertas afinidades y coherencias con la línea comunicacional que exalta los esplendores de los supermercados y las propagandas bancarias de créditos para el asalariado. Desde ese mangrullo, Juan José es un caballo que paga dos pesos a la hora de conquistar el deseo y zarandear la estantería anímica de los viejos aficionados a las tiendas de Todo por Dos Pesos.
     Por lo demás, es un profesional que ha descollado en el ámbito televisivo; especialmente en Estados Unidos, donde tuvo a su cargo –entre muchísimos capítulos de otras series- la dirección de cinco episodios de Doctor House y diecisiete de La Ley y el Orden.
     El aclamado director sabe qué hacer cuando el presupuesto es cuantioso.

     TOMA 22:
     La primera mandataria había tenido la deferencia de invitarlo a su despacho en ocasión de la recepción del Oscar. Campanella fue, sonrió y se dejó fotografiar. Incluso, parte de su ensalada tibia de arquetipos vendibles –a la que salva la excelsa actuación del también macrista Guillermo Francella- fue pagada con fondos públicos. Sin embargo, tales exhibidas capacidades que exceden la media condujeron a sus contratantes del poder real a sugerirle la formulación de críticas de impacto a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, con el fin de captar el criterio del mediopelo. Campanella parece haber aceptado.
     Todo lo malo, inmoral o falto de ética, cuando lo ejerce el estado es doble falta”, declaró tibiamente en febrero de 2013, en pleno inicio de la campaña de sugestión emocional colectiva que daría sus frutos electorales en 2015.
     Un año después agregaría, ya más sostenido por la andanada catódica, en un programa de Canal 13: "No importa que te llenés la boca con grandes políticas, con grandes palabras, con grandes discursos, con los que yo estoy de acuerdo, pero el problema es que no los creo ya". Allí, según diversos medios periodísticos, “admitió que evita ver a la jefa de Estado por cadena nacional porque le parece ‘frustrante’ y a veces… ¡le impide dormir!” (los signos de admiración no figuran en el original).
     Luego de recibir el premio Goya por su película Metegol, confesó ante la prensa que “Hay una bola de violencia emocional, estoy empezando a tener miedo y me está asustando. A mí me da mucho miedo en el futuro, porque están en un momento declinante, pero siento que en vez de hacer como se hace en la vejez, como es la sabiduría, se aferran a lo poco que tienen y redoblan la apuesta". Un año después, confirmaría esta sensación pública en un tweet que tuvo que eliminar por sugerencia de sus abogados:Nos gastan con el 'Ah, le tienen miedo'. ¡Obvio! Se robó un PBI, nos llenó de paco y se cargó un fiscal. Hasta Terminator le tendría miedo".
     Por la misma época, sus pagadores le ordenaron incursionar en la filatelia kirchnerista. En su cuenta de Twitter, publicó: "La ‘década ganada’: al que inventó ese slogan imbécil tendrían que echarlo, pero ellos van y hacen estampillas. La década sloganeada".
     A pocos días de las elecciones de 2015, Campanella denunció frente a las cámaras de los medios hegemónicos que el gobierno de Cristina Fernández “nos deja un fiscal muerto, una grieta, familias que ya no se juntan por pensar diferente, más pobreza, deterioro en la educación y un retroceso en la democracia", sin explicar cómo ni por qué. La clase media, fuera del eje de la racionalidad y absolutamente bombardeada por el poder real –que buscaba nuevamente someterla- observaba, sin embargo, e incorporaba.
     Su red social cada vez interpelaba más a la debilidad estructural de su público: “¿Vos te hacés cargo de los pobres escondidos? ¿De los muertos de Once (…)? No sos ingenuo. Sos cómplice”.
     A pesar de publicitarse en un lugar neutral –como más aprecia el mediocre de a pie- y postular su adhesión a la candidatura de Margarita Stolbizer, en aquellas vísperas dijo que “Sólo hay dos melodías, Kirchnerismo y Cambiemos. Todo lo demás es ruido. Votá en 1era. como si fuera balotaje. O puede no haberlo”. A la vez, en el programa La Cornisa de Luis Majul, sembró la duda razonable a sus sugestionados, como aporte a la confusión y excitación del alma de los apocados: “Creo que, con Daniel Scioli, no sabemos quién va a gobernar. Tienen que decirnos si la elección es Macri-Scioli, o Macri-Cristina”.
     Hay mucho más: muchísimo más. Basta tener tiempo y paciencia e ingresar a su cuenta de Twitter y a las noticias de la época, para advertir su participación en la entrada de la locura en la vida de todas las personas de bien. Campanella fue promotor central de la exaltación de esa insania mediática, en su carácter de hablante a quien invisiblemente los dueños de la Argentina, y luego explícita y grotescamente los manipulados aspiracionales, habían dotado de competencia y garantía de validez argumental de sus opiniones, como a muchos otros perversos.
     La locura llegaba, enfocada también por el visor de Campanella, para quedarse por largos años.

     TOMA 50:
     Cuando faltó el pan en Argentina, luego del advenimiento del Macrismo y la implantación del mismo modelo de extracción financiera que había provocado las crisis de 1981, 1989 y 2001, Campanella fue un público defensor de las políticas neoliberales implementadas por Mauricio Macri y su entorno de CEOs.
     No sólo eso. También apoyó las prácticas antidemocráticas desplegadas por el Partido Judicial para perseguir a funcionarios del kirchnerismo. En una entrevista que en la radio oficial Mitre le hiciera la periodista adicta Cristina Pérez, dijo respecto de la llamada “Causa de las Fotocopias de los Cuadernos”: “Si estos cuadernos aparecían hace tres años, hubieran sido noticia durante una semana únicamente. Y pasaba desapercibido (…). Sabemos que los cuadernos no eran elemento probatorio, pero sirvió para probarlo todo porque creo que estos muchachos que se están presentando, y que fueron impunes toda la vida, estarán bien asesorados por abogados muy caros que les dicen que se presenten porque les conviene”. A la vez, aseguraba: “Si todo sigue así, lo votaré de nuevo en el 2019, más convencido aún que en el 2015. Le pongo mucha prioridad a este tema de la corrupción”.
     Y en 2019, publicó junto con otros “intelectuales y personalidades de la cultura” un opúsculo titulado Por qué votamos Juntos por el Cambio, en el que mintió que “el gobierno de Mauricio Macri respetó la división de poderes y se abstuvo de utilizar las herramientas del Estado para fines partidarios”; expresó sin conexión con la verdad que hasta el 2015 el país estaba “devastado” (como le gustaba considerar al mediopelo); aseguró falsamente que “Argentina era un país marginal cuyos vínculos más sólidos privilegiaban a la Venezuela de Nicolás Maduro, a Irán y a otros Estados condenados por la comunidad internacional por complicidades con el terrorismo y por violaciones a los Derechos Humanos”; faltó a la verdad fantaseando que durante el gobierno de Macri se verificó un “aumento de las transferencias automáticas a las provincias, con el respeto al mandato de la ley y de los fallos judiciales”; engañó a la población al afirmar que, bajo la forma macrista de administrar, “el trabajo coordinado entre Nación y provincias no se basa en presiones políticas extorsivas o conveniencias coyunturales”; y concluyó asegurando con conciencia de estar mintiendo que la política macrista “apunta al desarrollo integral de la Nación”.

     TOMA 72:
     La sorpresa que conmovió la entereza espiritual de los partidarios emocionales del macrismo fue la derrota de Cambiemos en las PASO de agosto de 2019.
     En ese trance, el cineasta explotó. Descontextuando los planos históricos, advirtió que “Toda mi vida la puedo enmarcar en lo que fueron internas del peronismo. La Triple A y los Montoneros, Vandor y los otros, realmente son siempre con mucha violencia y es una cosa que puede ser desastrosa”. Respecto del triunfo de la fórmula Fernández – Fernández, dijo: “Sabemos que esto es un matrimonio de conveniencia y hay dos posibilidades. O que realmente la que gobierne sea Cristina y Alberto se someta a sus deseos, o que se arme un despelote ahí adentro por la lucha de poderes que vamos a sufrir todos”.
     Entre agosto y octubre de 2019, convocó a marchas y se esforzó por evidenciar que el país iba a volver al pasado. Le habló a los “indecisos que dieron vuelta su voto”, a quienes definió como “aquellos que piensen igual que nosotros en cuanto a la catadura moral de esta gente e igual los vote”. Anunció la instauración de un nuevo estado de violencia estatal y de una nueva tiranía en la que no se permitiría el disenso. Fue fiscal de Cambiemos en todos los comicios y difundió sus fotografías en la mesa, en tiempo real.
     No alcanzó: el Frente de Todos venció en las elecciones generales del 27 de octubre de 2019, sin necesidad de ballotage

     TOMA 97 - FINALE:
     En una entrevista a un medio chileno, Juan José Campanella confesó: “Estoy podrido de la modernidad, de películas que no emocionan, que no te hacen reír ni llorar. Hay como una tendencia a la medianía para pasar el rato”.
     Lo cierto es que, fiel a su militancia neoliberal, el director ha sido un efectista de la emoción, que ha matizado sus producciones con el mismo cotillón protocultural que la clase media en general consumía antes de quedar su criterio exterminado del todo, precisamente por obra de hacedores protoculturales como Campanella.
     No se descarta que, por tal motivo, el macrismo lo haya convocado para sus teatralizaciones y puestas en escena, como ha hecho con la totalidad de sus perpetradores.
     Por ese devenir de farsas y contrafarsas, por su apoyo público al macrismo en carácter de referente intelectual de un programa dirigido a la destrucción del acceso a la alimentación y a la cultura, por la estructuración voluntaria de espacios de legitimación de la crítica infundada, por contribuir a la banalización de la crueldad, por difundir el desiderata neoliberal haciendo pasar esas propagaciones dañosas como manifestaciones inocuas del ejercicio de la libertad de expresión; por ser impulsor ideológico de un orden de exclusión y por haber colaborado activamente en la instalación, sostén y vocación de perpetuación del sistema de exterminio implantado por el macrismo y sus adherentes, Juan José Campanella es partícipe necesario en este Prontuario de Gabinete, galería de responsables del régimen político-económico-institucional más moralmente repudiable en lo que va del siglo, y uno de los más dañosos y despreocupados por la dignidad intrínseca del hombre en toda la historia nacional.

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